Piedra en la que se aprecian cabeza, ojo y cuello de un ave, resultado del trabajo del hombre.
Desde un ángulo óptico preciso se nota aún claramente la cabeza y parte del cuello de un Ñandú, tallada magistralmente quizás por quienes poblaron estas regiones.
Texto que se encuentra también en el libro “La trilogía lítica de la Gnosis Amazónica” de Fernando Villena Villegas.
Dibujando la silueta de la piedra y del Ñandú, es que tenemos el sello de la exposición:
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